miércoles, 21 de noviembre de 2012
Para no olvidar
Cuanto tiempo anduve tambaleante, sin nadie que me dijera con la confianza abierta, no hay problema yo estoy aquí, seré tu abrigo, tu abrazo, tu compañía y nunca te dejaré sola? Pensándolo bien, nunca, siempre he tenido el mejor respaldo, de alguien a quien no elegí a mi lado, de alguien que siempre estuvo allí sin que yo lo llamara y ese alguien es cada uno de los que conforman mi familia.
Una familia nacida del amor, no puede ser más sino una Bonita familia, Siempre junta, bien unida. En tiempos de tristeza siempre salió airosa, triunfante, con la dignidad altiva y sin la incertidumbre de haber olvidado a alguien en el pujante camino de la vida.
Nacida de un amor a primera vista, aunque Ceci dijera lo contrario, por que gracias a las curiosas casualidades de la vida, el día que conoció a su amado a él se la había varado el carro y había tenido que arreglarlo el mismo, para no llegar tarde a su inevitable cita y a ella, venida de una familia acomodada, le pareció una descortesía verlo con las manos sucias, teniendo la certeza en lo profundo de su corazón, gentil y cariñoso, que el seria, siempre y para siempre, su inconmensurable amor.
Un amor que vivimos todos los que los conocimos, que sobrevivió a los estragos de los años, impetuoso como un febril adolescente, un amor que nunca vimos desfallecer ni flaquear, un amor sin complejos, lleno de valentía y paciencia, complicidad y perdón, un verdadero: amor amor!
No es de extrañar pues, que de tanto amar, naciera una familia cariñosa, con los valores que ellos nos enseñaron, la unión (la más importante), el respeto, el perdón y el afecto, sin importar los pecados o los defectos. Somos tan humanos como debiéramos ser, pero si no está nuestra familia para perdonarnos y ayudarnos a levantar, para secar nuestras lagrimas y sacar en nuestra cara una sonrisa, estaríamos infinitamente solos y desahuciados.
Alguien me dijo hace poco que con la muerte de Ceci, nuestra familia se destruiría, la verdad no estoy de acuerdo, nuestra familia tejida con los lazos de esos seres tan increíblemente hermosos, no se desata así de fácil, eso sería como acabar con ese inmenso amor... y con el amor de hermanos, la complicidad, las travesuras.
Tenemos que aprovechar nuestros errores para no volver a cometerlos y demostrar a aquellos que nos digan lo contrario que no somos tales y que a pesar de nuestras imprescindibles ocupaciones, por las que cambiamos la felicidad de nuestra vida, no nos olvidaremos de todos y cada uno de nosotros, de nuestros héroes, de nuestro orgullo, de nuestra inspiración y hasta de la oveja negra de cuando en cuando llena de simpatía.
Por que al final que somos? nada? somos lo que hemos vivido, lo que constituye nuestros recuerdos, sueños y anhelos. Tiene algún sentido que ahora que Ceci ha partido, todos sus anhelos, de vernos a todos juntos, hermanos, primos, tíos, sobrinos, amigos, se desvanezcan?
Siempre habrá quien diga que la quiso más o mejor y quien fue el peor o menos triste, pero, que tal si la mantenemos viva en nuestra familia, tal y como ella hubiera deseado? Los lazos de nuestra familia aun continúan atados, tan fuertes como el tiempo imbatible, tan tiernos como una amistad añeja, tan indestructibles como la valentía de nuestra amada Ceci para afrontar la vida, día tras día, hasta el último, llena de orgullo y alegría.
Recuerda que así te quiero...con tus mil cualidades y unos cuantos defectos, quiéreme igual a mí y seremos más felices. No quiero olvidarte, no quiero dejarte, por que tú y tu recuerdo, constituyen mi felicidad, vale más poder oír tu risa y sentir tu abrazo que todo el oro del mundo.
Nuestros corazones desconocen las fronteras, los complejos, cobardías y temores. Somos mucho más que eso, somos tan grandes como queremos y tan amados como no creemos.......SIEMPRE!
También les va a mis amigos, a esa parte de mi familia que Dios me dejo escoger! los quiero mucho.
Y para mi siempre amada Ceci.