I will love.
More.
So much love that no one will have any idea what to do with me.
They will watch with a confused look and wonder why I give so much and do not ask for more in return.
I will give it because giving is getting
and there is nothing quite so important
as emptying your heart every single day and leaving nothing undone, no declarations of it unsaid.
I will not only stop and smell the flowers, I will plant them myself and watch them grow old with me.
I will pull over and dance in every single rainfall,
and I will make snow angels
even when there is hardly any snow left for wings.
I will never, ever believe in the words “too late”
because it is never too late to be exactly who you wish,
do exactly what you should, say exactly what needs to be heard,
and live the exact life you should be living.
Tyler Knott Gregson
domingo, 24 de agosto de 2014
Yo soy.
Yo soy el anhelo.
Yo soy la superficie sin arañar de mi potencial.
Yo soy el primer paso esperando a ser dado.
Yo soy la sonrisa que no se irá de mi cara. Yo soy la sed
que no ha sido saciada.
Yo soy el deseo. Yo soy la paciencia que se está acabando.
Yo soy el final de la cuerda. Yo soy el amor que no ha sido
hablado.
Yo soy el miedo, pero yo soy el valor. Yo soy las aguas no
exploradas.
Yo soy la espera, la espera, la espera. Yo soy el vaso medio
lleno.
Yo soy el entendimiento no contado. Yo soy el efecto
mariposa.
Yo soy los brazos alzados en victoria, yo soy las manos
sosteniendo mi cabeza derrotada. Yo soy el momento de claridad.
Yo soy la reacción tardía. Yo soy las palabras que
garabateo.
Yo soy los labios no besados, mis manos no sostenidas. Yo
soy las letras.
Yo soy la melodía. Yo soy la honestidad, yo soy la lealtad.
Yo soy la maravilla, la hermosa maravilla. Yo soy la charla
a media noche.
Yo soy el amargo y yo soy el dulce. Yo soy el último
parpadeo antes de dormir.
Yo soy el primer respiro de la mañana. Yo soy la piel de
erizada, yo soy el sudor.
Yo soy la cosa más romántica que hasta ahora he hecho.
Yo soy los pensamientos fuera de control. Yo soy la ceja
alzada.
Yo soy la lágrima trazando el contorno de mi cara.
Yo soy la carcajada, la carcajada sin censura.
Yo soy los errores que he cometido, y las lecciones que he
aprendido.
Yo soy el éxito. Yo soy el fracaso. Yo soy la ambición, yo
soy la apatía.
Yo soy los opuestos dentro de mí. Yo soy el temblor
anticipado.
Yo soy el amor que recibo. Yo soy la compasión. Yo soy el
menosprecio que recibo.
Yo soy la concentración que siempre pierdo. Yo soy las
memorias.
Yo soy el aliento robado y el latido saltado. Yo soy la
preocupación. Yo soy la calma.
Yo soy la sonrisa. Yo soy la libertad, yo soy la
dependencia. Yo soy el corazón roto.
Yo soy la confianza fuera de lugar. Yo soy la confianza,
pero yo soy la inseguridad.
Yo soy la fe. Yo soy el lógico siguiente paso. Yo soy los
lugares que he visto.
Yo soy el chico perfecto para alguien ahí afuera.
Yo soy el primer hola con quien sea que ella sea.
Yo soy el primer beso. Yo soy la primera pelea. Yo soy los
sueños compartidos.
Yo soy el latir de mi corazón. Yo soy el infinito espacio
entre hoy y mañana.
Yo soy la última pajita. Yo soy la confusión. Yo soy la
incompatibilidad.
Yo soy el silencio confortable. Yo soy el guiño.
Yo soy el pensamiento en la parte trasera de mi mente.
Yo soy la primera estrella a quien le pido un deseo. Yo soy
el dolor.
Yo soy la poesía que escribo. Yo soy lo incierto de para
quién es ésta.
Yo soy el consuelo, el dulce consuelo. Yo soy las sombras a
través de mi cara.
Yo soy la paz. Yo soy la carencia. Yo soy la felicidad por
la que estoy rodeado.
Yo soy el hombre en el que me estoy convirtiendo.
Yo soy el niño que solía ser.
Yo soy el todo, pero yo soy las piezas. Yo soy las piezas.
Tyler Knott Gregson.
jueves, 17 de julio de 2014
La vida es el arte del encuentro
Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho, si digo “manzana” no es la maravilla innombrable que enamora el verano, Si digo “árbol”, apenas me acerco a lo que saben las aves; el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.
Sé que la palabra no es el hecho, pero sí se que un día mi
padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la
incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que
mi padre comenzó con algunas palabras.
Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del
encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y
que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto
nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y
debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que
recordar padres felices.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es
tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre
está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias.
Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada
cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso
hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde.
Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia
que conocí.
Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez
que estaba por aprender algo llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó
agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se
dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.
De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre
se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (o al
hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la
tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los
que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir “basta” al miedo que
heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es
decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo,
desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la
lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre
Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.
Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro,
lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es
la poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos
rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la
línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución
fundamental, el revolucionarse instantaneamente para armonizar con la vida, que
es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar
cada rincón.
Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque
todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía
la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día.
Vive de instante en instante porque eso es la vida. Me costó
57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento?Se gana y se
pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple,
¿por qué te preocupas tanto?.
No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la
Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno. Perdónate,
acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por
la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu
padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron
ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos
y te liberarás de esas cadenas.
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá,
entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo
momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada
instante, pero no digas “no puedo” ni en broma porque el inconsciente no tiene
sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo
intentes.
Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el
resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.
Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande
que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y
por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la
crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te
disgusta.
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de
nuestra vida, es distraerse de ella.
El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al bien
para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos
problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.
No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese
pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia.Cuida el presente porque en él
vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe
ser será, y sucederá naturalmente.
Facundo Cabral.
Facundo Cabral.
sábado, 22 de febrero de 2014
Más Vida!
Miro mi cuerpo y encuentro las cicatrices que he adquirido a través de los años, es extraño, pero me gustan, son una prueba real de que he vivido, pienso que el corazón es más fuerte que la piel y así debe ser, por que debe reducir las cicatrices que le ha causado la vida. Las cicatrices aveces suelen desaparecer con el tiempo.
La vida es bella y no hay que dejar pasar las cosas simples que ella nos regala, como lo dulce que es el sabor de los besos deseados, o del poderoso efecto de una sonrisa o de ese abrazo que reanima hasta los dolores mas intensos, o la universal conexión inalámbrica de las miradas, que nunca fallan y que siempre alcanzan su cometido, sea cual sea.
Quiero abrazar más, besar el doble, reír, llorar, sentarme en un cafe y tener esas conversaciones trascendentales durante horas y dejar mi celular en la cartera sin tener que preocuparme por el.
Quiero caminar mas por la orilla del mar, ver el atardecer, recostarme sobre el pasto, mirar las estrellas hasta ver pasar una fugaz y que la cámara de mis recuerdos deje todo registrado, mi cerebro es mejor que instagram por que tiene el poder de hacer latir mi corazón y disparar mis suspiros, cada vez que cierro los ojos y le echo un vistazo a todo lo que amo.
Por eso les recomiendo, vivan mas, menos internet...mas vida!
Pau.
Y de vez en cuando, Si se alcanza a madurar lo suficiente, llega un momento donde se comienza a ver todo con total claridad, cuantos errores cometidos y cuantas equivocaciones, pero por que sería un problema, simplemente son cosas de las que debemos aprender, el vivir sin rencores ni resentimientos es algo a lo que siempre le he apostado en mi vida, el querer demasiado también, aunque me haya equivocado muchas veces.
Vivir sin rencores lo recomiendo, no hay nada mejor en la vida que vivir sin la pesada carga de odiar a alguien, no importa cuanto daño nos haya hecho, no es fácil, pero es factible, por un tiempo la rabia y el dolor se apoderan de nosotros, pero al pasar los días las heridas sanan y el cuerpo se vuelve más liviano.
El querer demasiado, es bueno, aunque hay que aprender a no idealizar tanto a las personas y a no dejar pasar las oportunidades por negarse a ver las realidades en los demás, no hay que cerrar los ojos y no ver lo especiales y buenos que son muchos seres humanos, a pesar de las guerras y de las decepciones, de la corrupción y del egoísmo, aun pienso que los buenos somos mas, por que de la gente que conozco la mayoría es buena y maravillosa, entonces hay que saber esperar, Siempre va a haber alguien quien nos quite el sueño y nos haga la vida más feliz.
La vida es bella y no hay que dejar pasar las cosas simples que ella nos regala, como lo dulce que es el sabor de los besos deseados, o del poderoso efecto de una sonrisa o de ese abrazo que reanima hasta los dolores mas intensos, o la universal conexión inalámbrica de las miradas, que nunca fallan y que siempre alcanzan su cometido, sea cual sea.
Quiero abrazar más, besar el doble, reír, llorar, sentarme en un cafe y tener esas conversaciones trascendentales durante horas y dejar mi celular en la cartera sin tener que preocuparme por el.
Quiero caminar mas por la orilla del mar, ver el atardecer, recostarme sobre el pasto, mirar las estrellas hasta ver pasar una fugaz y que la cámara de mis recuerdos deje todo registrado, mi cerebro es mejor que instagram por que tiene el poder de hacer latir mi corazón y disparar mis suspiros, cada vez que cierro los ojos y le echo un vistazo a todo lo que amo.
Por eso les recomiendo, vivan mas, menos internet...mas vida!
Pau.
viernes, 21 de febrero de 2014
Cuando me amé de verdad
Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y
entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi
sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias
verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi
crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es
ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar
aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez
yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara
hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se
llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener
tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de
futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a
mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la
razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el
pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que
es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede
atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi
corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas
chocan y del caos nacen las estrellas.
Charles Chaplin.
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