domingo, 24 de junio de 2018

Poema

No te pares en mi tumba a llorar

yo no estoy ahí,  no estoy dormida

yo soy los mil vientos que soplan

yo soy el diamante que brilla en la nieve

Soy la luz del sol sobre el grano maduro

Soy la lluvia suave de otoño

cuando en la quietud de la mañana te despiertas

Soy la prisa que eleva rápida   

las tranquilas aves que vuelan en círculos

Soy las suaves estrellas que brillan en la noche

No te pares en mi tumba a llorar, 

Yo no estoy allí...

...yo no he muerto.
  
                                          Mary Elizabeth Frye. 



jueves, 23 de abril de 2015

~ Así habló Zaratustra: De las moscas del mercado ~

Huye, amigo mío, a tu soledad! Ensordecido te veo por el ruido de los grandes hombres, y acribillado por los aguijones de los pequeños. El bosque y la roca saben callar dignamente contigo. Vuelve a ser igual que el árbol al que amas, el árbol de amplias ramas: silencioso y atento pende sobre el mar.
Donde acaba la soledad, allí comienza el mercado; y donde comienza el mercado, allí comienzan también el ruido de los grandes comediantes y el zumbido de las moscas venenosas.
En el mundo las mejores cosas no valen nada sin alguien que las represente: grandes hombres llama el pueblo a esos actores.

El pueblo comprende poco lo grande, esto es: lo creador. Pero tiene sentidos para todos los actores y comediantes de grandes cosas.

En torno a los inventores de nuevos valores gira el mundo: -gira de modo invisible. Sin embargo, en torno a los comediantes giran el pueblo y la fama: así marcha el mundo.
Espíritu tiene el comediante, pero poca conciencia de espíritu. Cree siempre en aquello que mejor le permite llevar a los otros a creer - ¡a creer en él!.

Mañana tendrá una nueva fe, y pasado mañana, otra más nueva. Sentidos rápidos tiene el comediante, igual que el pueblo, y presentimientos cambiantes. Derribar - eso significa para él: demostrar. Volver loco a uno - eso significa para él: convencer. Y la sangre es para él el mejor de los argumentos. A una verdad que sólo en oídos delicados se desliza llámala mentira y nada. ¡En verdad, sólo cree en dioses que hagan gran ruido en el mundo! Lleno de bufones solemnes está el mercado - ¡y el pueblo se gloría de sus grandes hombres! Éstos son para él los señores del momento. Pero el momento los apremia: así ellos te apremian a ti. Y también de ti quieren ellos un sí o un no. ¡Ay!, ¿quieres colocar tu silla entre un pro y un contra?.

¡No tengas celos de esos incondicionales y apremiantes, amante de la verdad! Jamás se ha colgado la verdad del brazo de un incondicional. A causa de esas gentes súbitas, vuelve a tu seguridad: solo en el mercado le asaltan a uno con un ¿sí o no?
Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que aguardar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad. Todo lo grande se aparta del mercado y de la fama: apartados de ellos han vivido des de siempre los inventores de nuevos valores. Huye, amigo mío, a tu soledad: te veo acribillado por moscas venenosas. ¡Huye adonde soplan los vientos ásperos y fuertes!.

¡Huye a tu soledad! Ya has vivido bastante cerca de los pequeños y mezquinos. ¡Huye de su venganza invisible! Contra ti no son otra cosa que venganza. ¡Deja de levantar tu brazo contra ellos! Son innumerables, y no es tu destino el ser espantamoscas.

Innumerables son esos pequeños y mezquinos; y a más de un edificio orgulloso han conseguido derribarlo ya las gotas de lluvia y los yerbajos. Tú no eres una piedra, pero has sido ya excavado por muchas gotas. Acabarás por resquebrajárteme y rompérteme en pedazos bajo tantas gotas.
Fatigado te veo por moscas venenosas, lleno de sangrientos rasguños te veo en cien sitios; y tu orgullo no quiere ni siquiera encolerizarse. Simulando inocencia, esas moscas quieren chuparte la sangre, sangre es lo que sus almas exangües codician.

Pero tú, profundo como eres, sufres muy intensamente aunque tus heridas no sean más que rasguños; y antes de que te hayas curado pondrán en tus heridas larvas venenosas.
Eres demasiado orgulloso para matar a esas golosas. ¡Pero procura que no se convierta en tu fatalidad el soportar toda su venenosa injusticia!.

Ellos zumban a tu alrededor también con su alabanza: impertinencia es su alabanza. Quieren la cercanía de tu piel y de tu sangre.

Te adulan como a un dios o a un demonio; lloriquean delante de ti como delante de un dios o de un demonio. ¡Qué importa! Son aduladores y llorones, y nada más.
También suelen hacerse los amables contigo. Pero ésa fue siempre la astucia de los cobardes. ¡Sí, los cobardes son astutos!.

Ellos reflexionan mucho sobre ti con su alma estrecha, - ¡para ellos eres siempre preocupante! Todo aquello sobre lo que se reflexiona mucho se vuelve preocupante.
Ellos te castigan por todas tus virtudes. Sólo te perdonan de verdad - tus fallos.
Como tú eres suave y de sentir justo, dices: «No tienen ellos la culpa de su mezquina existencia». Mas su estrecha alma piensa: «Culpable es toda gran existencia.»
Aunque eres suave con ellos, se sienten, sin embargo, despreciados por ti; y te pagan tus bondades con daños encubiertos.

Tu orgullo silencioso ofende su gusto; se alegran cuando eres demasiado modesto para ser vanidoso.
Lo que nosotros reconocemos en un hombre, eso lo hacemos arder también en él. Por ello ¡guárdate de los pequeños!.

Ante ti ellos se sienten pequeños, y su bajeza arde y se pone al rojo contra ti en invisible venganza.
¿No has notado cómo solían enmudecer cuando tú te acercabas a ellos, y cómo su fuerza los abandonaba, cual humo de fuego que se extingue?
Sí, amigo mío, para tus prójimos eres tú la conciencia malvada: pues ellos son indignos de ti. Por eso te odian y quisieran chuparte la sangre.

Tus prójimos serán siempre moscas venenosas; lo que en ti es grande - eso cabalmente tiene que hacerlos más venenosos y siempre más moscas. Huye, amigo mío, a tu soledad y allí donde sopla un viento áspero, fuerte. No es tu destino el ser espantamoscas. -


Friedrich Wilhem Nietzche. 


domingo, 24 de agosto de 2014

I Will Love.

I will love. 
More. 
So much love that no one will have any idea what to do with me. 
They will watch with a confused look and wonder why I give so much and do not ask for more in return. 
I will give it because giving is getting 
and there is nothing quite so important 
as emptying your heart every single day and leaving nothing undone, no declarations of it unsaid. 
I will not only stop and smell the flowers, I will plant them myself and watch them grow old with me. 
I will pull over and dance in every single rainfall, 
and I will make snow angels 
even when there is hardly any snow left for wings. 
I will never, ever believe in the words “too late” 
because it is never too late to be exactly who you wish, 
do exactly what you should, say exactly what needs to be heard, 
and live the exact life you should be living.

Tyler Knott Gregson

Yo soy.

Yo soy el anhelo.
Yo soy la superficie sin arañar de mi potencial.
Yo soy el primer paso esperando a ser dado.
Yo soy la sonrisa que no se irá de mi cara. Yo soy la sed que no ha sido saciada.
Yo soy el deseo. Yo soy la paciencia que se está acabando.
Yo soy el final de la cuerda. Yo soy el amor que no ha sido hablado.
Yo soy el miedo, pero yo soy el valor. Yo soy las aguas no exploradas.
Yo soy la espera, la espera, la espera. Yo soy el vaso medio lleno.
Yo soy el entendimiento no contado. Yo soy el efecto mariposa.
Yo soy los brazos alzados en victoria, yo soy las manos sosteniendo mi cabeza derrotada. Yo soy el momento de claridad.
Yo soy la reacción tardía. Yo soy las palabras que garabateo.
Yo soy los labios no besados, mis manos no sostenidas. Yo soy las letras.
Yo soy la melodía. Yo soy la honestidad, yo soy la lealtad.
Yo soy la maravilla, la hermosa maravilla. Yo soy la charla a media noche.
Yo soy el amargo y yo soy el dulce. Yo soy el último parpadeo antes de dormir.
Yo soy el primer respiro de la mañana. Yo soy la piel de erizada, yo soy el sudor.
Yo soy la cosa más romántica que hasta ahora he hecho.
Yo soy los pensamientos fuera de control. Yo soy la ceja alzada.
Yo soy la lágrima trazando el contorno de mi cara.
Yo soy la carcajada, la carcajada sin censura.
Yo soy los errores que he cometido, y las lecciones que he aprendido.
Yo soy el éxito. Yo soy el fracaso. Yo soy la ambición, yo soy la apatía.
Yo soy los opuestos dentro de mí. Yo soy el temblor anticipado.
Yo soy el amor que recibo. Yo soy la compasión. Yo soy el menosprecio que recibo.
Yo soy la concentración que siempre pierdo. Yo soy las memorias.
Yo soy el aliento robado y el latido saltado. Yo soy la preocupación. Yo soy la calma.
Yo soy la sonrisa. Yo soy la libertad, yo soy la dependencia. Yo soy el corazón roto.
Yo soy la confianza fuera de lugar. Yo soy la confianza, pero yo soy la inseguridad.
Yo soy la fe. Yo soy el lógico siguiente paso. Yo soy los lugares que he visto.
Yo soy el chico perfecto para alguien ahí afuera.
Yo soy el primer hola con quien sea que ella sea.
Yo soy el primer beso. Yo soy la primera pelea. Yo soy los sueños compartidos.
Yo soy el latir de mi corazón. Yo soy el infinito espacio entre hoy y mañana.
Yo soy la última pajita. Yo soy la confusión. Yo soy la incompatibilidad.
Yo soy el silencio confortable. Yo soy el guiño.
Yo soy el pensamiento en la parte trasera de mi mente.
Yo soy la primera estrella a quien le pido un deseo. Yo soy el dolor.
Yo soy la poesía que escribo. Yo soy lo incierto de para quién es ésta.
Yo soy el consuelo, el dulce consuelo. Yo soy las sombras a través de mi cara.
Yo soy la paz. Yo soy la carencia. Yo soy la felicidad por la que estoy rodeado.
Yo soy el hombre en el que me estoy convirtiendo.
Yo soy el niño que solía ser.

Yo soy el todo, pero yo soy las piezas. Yo soy las piezas.

Tyler Knott Gregson. 

jueves, 17 de julio de 2014

La vida es el arte del encuentro


Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho, si digo “manzana” no es la maravilla innombrable que enamora el verano, Si digo “árbol”, apenas me acerco a lo que saben las aves; el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.

Sé que la palabra no es el hecho, pero sí se que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras.

Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde.

Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí.
Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.

De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (o al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir “basta” al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.

Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.

Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse instantaneamente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón.

Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día.
Vive de instante en instante porque eso es la vida. Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento?Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?.

No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.

Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas “no puedo” ni en broma porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.
Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.

Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta.
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.

El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.

No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia.Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente.

Facundo Cabral.


sábado, 22 de febrero de 2014

Más Vida!

Miro mi cuerpo y encuentro las cicatrices que he adquirido a través de los años, es extraño, pero me gustan, son una prueba real de que he vivido, pienso que el corazón es más fuerte que la piel y así debe ser, por que debe reducir las cicatrices que le ha causado la vida. Las cicatrices aveces suelen desaparecer con el tiempo.


Y de vez en cuando, Si se alcanza a madurar lo suficiente, llega un momento  donde se comienza a ver todo con total claridad, cuantos errores cometidos y cuantas equivocaciones, pero por que sería un problema, simplemente son cosas de las que debemos aprender, el vivir sin rencores ni resentimientos es algo a lo que siempre le he apostado en mi vida, el querer demasiado también, aunque me haya equivocado muchas veces.

Vivir sin rencores lo recomiendo, no hay nada mejor en la vida que vivir sin la pesada carga de odiar a alguien, no importa cuanto daño nos haya hecho, no es fácil, pero es factible, por un tiempo la rabia y el dolor se apoderan de nosotros, pero al pasar los días las heridas sanan y el cuerpo se vuelve más liviano.

El querer demasiado, es bueno, aunque hay que aprender a no idealizar tanto a las personas y a no dejar pasar las oportunidades por negarse a ver las realidades en los demás, no hay que cerrar los ojos y no ver lo especiales y  buenos que son muchos seres humanos, a pesar de las guerras y de las decepciones, de la corrupción y del egoísmo, aun pienso que los buenos somos mas, por que de la gente que conozco la mayoría es buena y maravillosa, entonces hay que saber esperar, Siempre va a haber alguien quien nos quite el sueño y nos haga la vida más feliz.

La vida es bella y no hay que dejar pasar las cosas simples que ella nos regala, como lo dulce que es el sabor de los besos deseados, o del poderoso efecto de una sonrisa o de ese abrazo que reanima hasta los dolores mas intensos, o la universal conexión inalámbrica de las miradas, que nunca fallan y que siempre alcanzan su cometido, sea cual sea.

Quiero abrazar más, besar el doble, reír, llorar, sentarme en un cafe y tener esas conversaciones trascendentales durante horas y dejar mi celular en la cartera sin tener que preocuparme por el.

Quiero caminar mas por la orilla del mar, ver el atardecer, recostarme sobre el pasto, mirar las estrellas hasta ver pasar una fugaz y que la cámara de mis recuerdos deje todo registrado, mi cerebro es mejor que instagram por que tiene el poder de hacer latir mi corazón y disparar mis suspiros, cada vez que cierro los ojos y le echo un vistazo a todo lo que amo.

Por eso les recomiendo, vivan mas, menos internet...mas vida!

Pau.












viernes, 21 de febrero de 2014

Cuando me amé de verdad

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!

No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

Charles Chaplin.